La carta de despedida del Che al salir de Cuba
2014.05.01. 21:41
Antes de salir de Cuba para dar su contribución internacionalista a la causa de otros pueblos en el mundo, Ernesto Che Guevara le escribió una carta de despedida a su entrañable compañero, y máximo dirigente de la Revolución Cubana, Fidel Castro.
El Che había salido de Cuba hacia África en abril de 1965 y la carta la hizo pública Fidel el 3 de octubre de ese mismo año en el instante que se efectuó en La Habana la presentación del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
En ese emotivo acto Fidel explicó que en la relación de miembros de dicho Comité Central faltaba alguien, en este caso el Comandante Ernesto Che Guevara, que por derecho merecía estar en ese órgano de dirección partidista cubano que se constituía y seguidamente a modo de explicación convincente, leyó la carta de despedida del Che.
En la parte inicial de dicha misiva el Che había recordado el instante en que había conocido a Fidel en México en 1955 y cómo se produjo una inmediata identificación entre ellos.
El Che precisó: “Me recuerdo en esta hora de muchas cosas, de cuando te conocí en casa de María Antonia, de cuando me propusiste venir, de toda la tensión de los preparativos.
“Un día pasaron preguntando a quién se debía avisar en caso de muerte y la posibilidad real del hecho nos golpeó a todos. Después supimos que era cierto, que en una revolución se triunfa o se muere (si es verdadera). “Muchos compañeros quedaron a lo largo del camino hacia la victoria.”
El Che se refirió seguidamente al instante en que se producía su salida de Cuba para cumplir una misión internacionalista. Y precisó al respecto:
“Hoy todo tiene un tono menos dramático porque somos más maduros, pero el hecho se repite. Siento que he cumplido la parte de mi deber que me ataba a la Revolución cubana en su territorio y me despido de ti, de los compañeros, de tu pueblo que ya es mío.”
Y seguidamente manifestó que hacia formal renuncia de sus cargos en la Dirección del Partido, de su responsabilidad como Ministro, de su grado de Comandante, de su condición de cubano y añadió: “Nada legal me ata a Cuba, sólo lazos de otra clase que no se pueden romper como los nombramientos.”
Analizó, además, la contribución que había brindado al desarrollo de la Revolución Cubana y detalló su estrecha relación e identificación con su máximo dirigente Fidel Castro, al exponer: “Haciendo un recuento de mi vida pasada creo haber trabajado con suficiente honradez y dedicación para consolidar el triunfo revolucionario. Mi única falta de alguna gravedad es no haber confiado más en ti desde los primeros momentos de la Sierra Maestra y no haber comprendido con suficiente celeridad tus cualidades de conductor y de revolucionario. He vivido días magníficos y sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nuestro pueblo en los días luminosos y tristes de la Crisis del Caribe.”
Y agregó al recordar ese instante de gran significación histórica y la entereza demostrada por Fidel: “Pocas veces brilló más alto un estadista que en esos días, me enorgullezco también de haberte seguido sin vacilaciones, identificado con tu manera de pensar y de ver y apreciar los peligros y los principios.”
El Che en su carta de despedida al salir de Cuba expuso algunas consideraciones sobre la misión internacionalista que acometería de inmediato: “Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora de separarnos.”
Y añadió al resumir lo que sentía al alejarse físicamente de Cuba y de su pueblo, amigos y familiares: “Sépase que lo hago con una mezcla de alegría y dolor; aquí dejo lo más puro de mis esperanzas de constructor y lo más querido entre mis seres queridos... y dejo un pueblo que me admitió como un hijo; eso lacera una parte de mi espíritu.”
Destacó cómo permanecerían junto a él en forma constante el ejemplo de Fidel y del pueblo cubano: “En los nuevos campos de batalla llevaré la fe que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi pueblo, la sensación de cumplir con el más sagrado de los deberes: luchar contra el imperialismo dondequiera que esté; esto reconforta y cura con creces cualquier desgarradura.”
Reiteró el Che que liberaba a Cuba de cualquier responsabilidad por su decisión de marchar como combatiente a brindarle su ayuda al desarrollo de la lucha revolucionaria a otros pueblos del mundo y acerca de ello señaló concretamente: “Digo una vez más que libero a Cuba de cualquier responsabilidad, salvo la que emane de su ejemplo.”
Y se refirió a la posibilidad de morir en los nuevos campos donde librara combates y aseguró al respecto: “Que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti. Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo al que trataré de ser fiel hasta las últimas consecuencias de mis actos. Que he estado identificado siempre con la política exterior de nuestra Revolución y lo sigo estando. Que en dondequiera que me pare sentiré la responsabilidad de ser revolucionario cubano y como tal actuaré. Que no dejo a mis hijos y mi mujer nada material y no me apena; me alegra que así sea. Que no pido nada para ellos, pues el Estado les dará lo suficiente para vivir y educarse.”
En la parte final de la carta de despedida que el Che le dejó a Fidel al salir de Cuba, en 1965, detalló: “Tendría muchas cosas que decirte a ti y a nuestro pueblo, pero siento que son innecesarias, las palabras no pueden expresar lo que yo quisiera, y no vale la pena emborronar cuartillas.
Hasta la victoria siempre. ¡Patria o muerte!
Te abraza con todo fervor revolucionario.”
[Radio Rebelde]
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