Ernesto Che Guevara en la gran batalla de Santa Clara
2014.05.01. 21:38
Desde mediados del mes de octubre de 1958 y al frente de la Columna número 8 “Ciro Redondo” en la provincia de Las Villas, el Comandante Ernesto Che Guevara empezó a realizar en el territorio central de Cuba una gran labor política y militar.
El Che procuró la unión de todas las fuerzas auténticamente revolucionarias que se hallaban combatiendo a la dictadura batistiana.
Con el decursar de las semanas logró desarrollar acciones combativas que posibilitaron la ocupación de varios poblados, y empezó a valorar un ataque a la ciudad de Santa Clara, donde se encontraba la mayor parte de las fuerzas con que contaba la dictadura en esa provincia central de Cuba.
A finales de diciembre los integrantes de las fuerzas que dirigía el Che, con el apoyo de tropas del Directorio Revolucionario se lanzaron a llevar adelante la ofensiva contra Santa Clara en lo que sería una batalla decisiva que mucho contribuyó al aniquilamiento de la dictadura militar reaccionaria.
Era evidente que ya en esos momentos el régimen dictatorial se desarticulaba puesto que no había podido contener el avance rebelde ni en la provincia de Oriente ni en la de Las Villas, ni tampoco el incremento de la lucha revolucionaria en otras partes del territorio cubano, incluidas las acciones clandestinas que se realizaban en La Habana.
De cómo se llevó a cabo el enfrentamiento exitoso en Santa Clara con las fuerzas de la dictadura, el Che escribió meses después en un trabajo titulado “Una revolución que comienza”, que salió publicado en tres partes en la revista O Cruzeiro de Brasil, los días 16 y 19 de junio y el primero de julio de 1959.
Él planteó: “En el momento del ataque, nuestras fuerzas habían aumentado considerablemente su fusilería, en la toma de distintos puntos y en algunas armas pesadas que carecían de municiones. Teníamos una bazooka sin proyectiles y debíamos luchar contra una decena de tanques, pero también sabíamos que, para hacerlo con efectividad, necesitábamos llegar a los barrios poblados de la ciudad, donde el tanque disminuye en mucho su eficacia.”
El Che explicó que mientras las tropas del Directorio Revolucionario se encargaban de tomar el cuartel número 31 de la Guardia Rural los combatientes rebeldes que él dirigía se dedicaban a sitiar casi todos los puestos fuertes de Santa Clara, aunque fundamentalmente establecían una lucha contra los defensores de un tren blindado que se hallaba en las afueras de la ciudad.
Precisó que el 29 de diciembre iniciaron el asedio a Santa Clara y que la Universidad de Las Villas había servido en un primer momento de base de operaciones. Y añadió: “Después establecimos comandancias más cerca al centro de la ciudad. Nuestros hombres se batían contra tropas apoyadas por unidades blindadas y las ponían en fuga, pero muchos de ellos pagaron con la vida su arrojo y los muertos y heridos empezaron a llenar los improvisados cementerios y hospitales.”
El Che rememoró que las lomas del Capiro seguían firmes y que allí estuvieron luchando durante todo el 30, aunque iban ocupando gradualmente al mismo tiempo distintos puntos de la ciudad. Y además señaló que ya en ese instante se habían cortado las comunicaciones entre Santa Clara y los integrantes del tren blindado y que entonces al verse los soldados de la tiranía rodeados, trataron de fugarse por la vía férrea, pero el tren se descarriló porque los combatientes rebeldes habían destruido previamente un ramal de la línea.
“Se estableció entonces, significó el Che, una lucha muy interesante en donde los hombres eran sacados con cocteles Molotov del tren blindado, magníficamente protegidos aunque dispuestos sólo a luchar a distancia, desde cómodas posiciones y contra un enemigo prácticamente inerme, al estilo de los colonizadores con los indios del Oeste norteamericano. Acosados por hombres que, desde puntos cercanos y vagones inmediatos lanzaban botellas de gasolina encendida, el tren se convertía –gracias a las chapas del blindaje- en un verdadero horno para los soldados.”
Fue así como finalmente los soldados que se hallaban en el tren blindado resultaron derrotados y los combatientes rebeldes lograron ocupar hasta los armamentos que poseían.
Horas más tarde las fuerzas rebeldes alcanzaban ocupar instalaciones militares y otras áreas de la ciudad y ya en la etapa final del año 1958 sólo quedaba por rendirse el cuartel Leoncio Vidal, que era la mayor fortaleza militar de la parte central de Cuba.
No hubo necesidad finalmente de atacarla porque en la madrugada del primero de enero de 1959 se produjo la fuga de Cuba del dictador. No obstante hubo momentos de incertidumbre porque en La Habana fuerzas reaccionarias intentaron realizar una maniobra para impedir que se produjera en el país un auténtico triunfo revolucionario.
Ante ese hecho Fidel desde Palma Soriano, en la provincia de Oriente, y a través de Radio Rebelde en cadena con otras emisoras, ordenó a las fuerzas rebeldes no detener la ofensiva y al mismo tiempo llamó al pueblo a realizar una huelga general revolucionaria.
Al Che específicamente le encomendó trasladarse hacia La Habana para ocupar la fortaleza militar de La Cabaña, cuestión que realizó en un breve tiempo puesto que ya en horas de la madrugada del tres de enero se hallaba en dicha instalación.
Acerca del papel desempeñado por el Comandante Ernesto Che Guevara en la batalla de Santa Clara, el Comandante en Jefe Fidel Castro haría referencia en varias ocasiones, entre ellas en un discurso que pronunció el 28 de noviembre de 1971 en una comuna de Santiago de Chile ante un monumento erigido como homenaje al Che: “Y cuando ya a finales de diciembre nuestras fuerzas tenían virtualmente dominada la provincia de Oriente, cortada en dos partes la isla por la provincia de Santa Clara, el Che llevó a cabo una de sus últimas proezas en nuestro país. Avanzó sobre la ciudad de Santa Clara con 300 combatientes, se enfrentó a un tren blindado que estaba en las afueras de la ciudad, interceptó la vía entre el tren y la sede de la fuerza principal: descarrilaron el tren, coparon el tren, lo rindieron y le ocuparon todas las armas. Es decir, inició el ataque a la ciudad de Santa Clara con 300 hombres.”
La batalla de Santa Clara y la figura del Che han quedado inscritas en la historia de Cuba. Y atendiendo a ello es que en esta ciudad cubana se localice una plaza de la Revolución que lleva su nombre y en la que en un relevante complejo monumentario se encuentre una gran estatua que lo refleja y que en un memorial descansen sus restos en unión de otros combatientes internacionalistas que formaron parte de la guerrilla que encabezara en 1966 y 1967 en Bolivia.
[Radio Rebelde]
|